Los franceses formaron los batallones, pero los portugueses, por la Patria,
supieron marchar y marchar, aún sin Cristiano Ronaldo desde los 20 minutos
del primer tiempo. Supieron así, los jóvenes lusitanos, ponerse al hombro
al batallón portugués contra las fuerzas galas que querían vencer en casa.
El partido murió, en los primeros noventa minutos, en un empate 0 a 0 que
alargaría la agonía por la victoria final por un máximo de 30 minutos más.
Pero ante la lesión de Cristiano aparecería la figura de Quaresma, quien se
pondría el equipo al hombro.
La gloria portuguesa y la ruptura de la paridad del encuentro fue finalmente
transformada gracias al pie de Éder, quien entré por el juvenil Renato Sanches,
a los 34 minutos del segundo tiempo, y embocaría la gloriosa redonda en la valla
de Hugo Lloris, capitán galo, en los primeros minutos del segundo tiempo
complementario, saludando al sol que despunta sobre el risueño porvenir,
siendo el eco de esta afrenta la señal del resurgir, como dice el himno luso.
Resurgiendo así, el capitán Cristiano Ronaldo y 22 soldados agolpados a su
gloria, se elevan al glorioso podio del campeón que los clasificarían así
a la próxima edición de la Copa Confederaciones Rusia 2017.
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